Muchas veces aplicamos la ya conocida frase "eso ya lo sé", y sin embargo, seguimos observando errores y accidentes en este tipo de caminos.
¿Cuántas veces hemos tomado el volante de un automóvil desde que aprendimos a manejar? Y de esas… ¿Cuántas hemos razonado el manejo? Está comprobado que las costumbres se vuelven hábitos, lo difícil del asunto, es que sucede lo mismo con los malos hábitos.
La aclaración es pertinente porque día con día se producen accidentes en los que se apunta como responsable a la negligencia detrás del volante: exceso de velocidad y falta de control son los más utilizados. Pero siendo objetivos: ¿Cuánta conciencia de las capacidades dinámicas de un vehículo tiene el que lo manipula? ¿Qué tanto conoce un trailero de las limitaciones de movimiento de su carga?
Cuando una persona llega a la agencia a comprar un auto, es cosa común que pregunte por la potencia del motor y los gadgets al interior, pero ¿Cuántos preguntan el tipo de suspensión de su nueva adquisición? ¿Del peso total? ¿De las variaciones en el movimiento si se viaja cargado? ¿O del tipo de neumáticos que usa? En la mayoría de los casos, la “negligencia” que ocasiona un accidente, tiene su origen en la ignorancia de estas capacidades.
Es necesario comenzar por ilustrar algunos conceptos que pueden separarnos de la responsabilidad de un accidente a la luz del conocimiento de las dinámicas del auto que manejamos. En particular, esta nota no pretende volvernos pilotos de la Nascar, ni debe entenderse como un instrumento para incrementar la velocidad de desplazamiento; simplemente se trata de una herramienta para un manejo más seguro.
Accidente en la curva de "La Pera" en la autopista México-Cuernavaca |
Es necesario comenzar por ilustrar algunos conceptos que pueden separarnos de la responsabilidad de un accidente a la luz del conocimiento de las dinámicas del auto que manejamos. En particular, esta nota no pretende volvernos pilotos de la Nascar, ni debe entenderse como un instrumento para incrementar la velocidad de desplazamiento; simplemente se trata de una herramienta para un manejo más seguro.
Cuando trazamos una curva estamos intentando tener un mejor control de la transferencia lateral de pesos del coche para lograr un manejo más seguro y rápido.
El trazo de una curva, cualquiera que esta sea se hace entendiendo el procedimiento en tres partes: entrada, desarrollo y salida. Esta división nos permitirá entender mejor las diferentes dinámicas del proceso.
Zonas de la curva
Al abordar una curva (entrada) debemos utilizar el ancho del carril entrando por la parte externa tratando de crear una línea recta sobre la curva del camino que al virar sobre la trayectoria nos permita tocar el apex o vértice, que es el punto medio interior de la curva.
El “Late Apex” o Vértice tardío, se produce en curvas con una larga recta en el tramo de salida y sirve para generar un rebase.
En este punto se ha producido una transferencia lateral del peso del auto que nos empuja hacia fuera de la trayectoria. Si lo alcanzamos con exceso de velocidad lo mas probable es que el automóvil tienda a salir de la trayectoria, a no ser que se corrija sobre la marcha, lo cual es muy peligroso de hacer a la mitad de la trayectoria.
Alcanzada la fase 2 de la curva (desarrollo) y si lo hemos hecho bien, la transferencia de peso de la unidad obrará a nuestro favor; el coche se encuentra “alineado” con la trayectoria de la cinta asfáltica y permitirá comenzar a desarrollar la fase 3 de la curva (salida) durante la cual no solo es posible, sino recomendable imprimir algo de velocidad que nos permita salir de la curva y abordar de nuevo la recta a una buena velocidad.
Esta velocidad es importante para abordar correctamente la siguiente curva (en caso de que la haya) y resolverla igualmente en 3 pasos.
En caso de incurrir en un exceso de velocidad a la entrada de la curva, lo mas recomendable es desacelerar sin pisar el freno, con motor, en el caso de los vehículos estándar y simplemente quitando el pie del acelerador en un automático.
El frenado en una curva se da, si viene al caso, antes de abordar la curva; no en el ápex, ni en la salida, ya que esto incrementa considerablemente las posibilidades de sufrir un accidente.
Tipos de curvas:
Antes de trazar la curva debemos ver que tipo de curva es y decidir a que velocidad la vamos a tomar.
Una vez decidido esto comenzaremos a frenar y, sin soltar el freno, iremos reduciendo a marchas inferiores hasta llegar a la marcha elegida. Prepararemos las manos en el volante, el pie izquierdo sobre el paso de rueda y finalizaremos la frenada. Ahora nos encontramos en la posición y la velocidad adecuadas para tomarla.
Según el radio de la curva, podemos distinguir cuatro tipos de curvas. Las que menos problemas revisten son aquellas que describen un ángulo más abierto de 90º.
Un segundo bloque está comprendido por virajes en ángulo recto, el siguiente escalón agrupa las curvas muy cerradas, cercanas a los 180º y, por último, recogemos las llamadas curvas de doble radio, cuyo trazado se va abriendo o cerrando.
Aunque pueda parecernos que no existen dos curvas iguales, todas ellas pueden encajarse en alguno de los grupos expuestos.
Curvas Cerradas: Aumenta el grado de dificultad cuando nos encontramos ante un giro de 180º, lo que se conoce como una "horquilla". Ante esta situación nos acercaremos por el borde exterior de nuestro carril, mientras moderamos la velocidad. Cuando tengamos la salida de la curva a la vista, nos metemos hacia el vértice interior de la curva y aceleramos al tiempo que vamos aproximándonos, de nuevo, al lado externo. Un error que se paga bastante caro es el de acercarnos demasiado pronto al vértice interior, lo que provocará que terminemos fuera de la carretera. Hay quien se enfrenta a este tipo de curva como si fueran dos curvas enlazadas de 90º. Inicia el trazado en el punto de giro, pasando por el de contacto y cuando llega al punto de salida se encuentra ya dentro de la segunda curva, en una situación tan comprometida se tendrá que rectificar la dirección e incluso frenar creando una situación de peligro.
Curvas Abiertas: El modelo más sencillo corresponde a aquella curva amplia que podemos encontrarnos en cualquier autopista o carretera de buen trazado.
Nos aproximamos por la parte exterior del carril, con el fin de irnos acercando, progresivamente, al vértice interior y salir acelerando hacia el exterior de la curva.
Conviene tener siempre muy presente que, cuanto más grande sea el radio de la curva que estamos abordando, menor fuerza centrífuga tendremos que soportar, por ello, aquel trazado que más se aproxime (en la medida de lo posible) a la recta será el más estable y seguro.
Entramos por el exterior, nos aproximamos al vértice interno en su punto medio y abordamos la salida acercándonos, de nuevo, al lado externo.
Curvas en Ángulo Recto: Ante una curva de 90º,la trayectoria que vamos a seguir con el vehículo es semejante a la que realizamos en una curva amplia variando, únicamente, el punto de entrada a la misma, que se retrasa un poco con respecto al caso anterior.
Curvas de Doble Radio: Mayor atención requieren las llamadas curvas de "doble radio", sobre todo aquellas en las que el radio de la curva se cierra a medida que entramos en ella. El problema que reviste, es que si nos confiamos, o la trazamos equivocadamente, tendremos una alta posibilidad de salirnos a la cuneta. Una forma correcta de abordarla sería tomar el primer tramo de la curva por la parte exterior y, cuando veamos la salida de la curva girar hacia el punto interior para afrontar la salida acelerando, al tiempo que buscamos la parte externa de la curva. Si nos acercamos al interior de forma precipitada nos encontramos, que cuando creemos que ya hemos salido de la curva, todavía nos queda un tramo por delante. En esta situación notaremos que, o bien nos falta volante, o bien la fuerza centrífuga se encarga de echarnos fuera de la calzada o provocará un trompo.
Lo que no debemos hacer:
- NO aceleraremos mucho al entrar. Aumenta el peso de la parte de atrás del coche o, lo que es lo mismo, se aligera la parte delantera, perdiendo adherencia. Al perder adherencia no obedece a la dirección y tenemos una gran dificultad para entrar en la curva.
- NO acelerar demasiado pronto, antes de que el coche esté bien apoyado. Una ligera aceleración, pero demasiado pronto, puede cambiar la actitud que el coche adopta.
- NO ser bruscos con el volante. El coche reaccionará, según la orden que le hemos dado y, si pierde adherencia y el giro fue brusco, reaccionará con brusquedad.
Es importante “sentir” el peso del auto y el agarre de los neumáticos antes de pretender desarrollar altas velocidades. Todos los autos dependen de diversos factores para establecer su comportamiento dinámico: el diseño aerodinámico, la relación de pesos frente-trasero, la potencia y el agarre, entre otros.
Continuamente se habla de “entrar lento para salir rápido” en una curva, pero esto aplica solamente cuando se dominan estos factores, de otra manera puede producirse un despiste que derive en un accidente.
Fuente: Fundación CEA | http://bit.ly/1Mlc0WY
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