Un grupo de investigadores sugiere que en el futuro, y con la tecnología de conducción autónoma, los propios vehículos coordinarán el flujo del tráfico.
La era de la tecnología estableció nuevos parámetros de realidad en la movilidad humana. Las conducciones autónomas, el reemplazo de las actividades cognitivas del hombre, la omisión de su intervención. Ya desplazaron a un segundo plano la figura del conductor. Ahora anuncian la erradicación de algo tan útil y representativo como los semáforos. Un programa proyectó cómo serían las carreteras del futuro sin las tres luces que ordenan el tráfico. Un acto sincronizado de autos cruzándose entre sí verdaderamente llamativo y temerario.
La tecnología los jubilará
Así como los humanos fueron relegados, los semáforos pasarán a ser obsoletos, piezas coleccionables, reliquias retro. Es una propuesta planteada por el "Senseable City Lab", un organismo que estudia, investiga y analiza cómo las innovaciones digitales están cambiando la manera de vivir y cuáles son sus consecuencias en la escala urbana. Esta entidad recoge el desarrollo alcanzado por investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), el Instituto Suizo de Tecnología (ETH) y el Consejo Nacional de Investigación Italiano (CNR).
El estudio proyecta la sustitución de los semáforos por intersecciones coordinadas por sensores inspirados.
Las calles confluyen en un escenario digital en el que los vehículos autónomos entablan una comunicación que administre, ajuste y modere las velocidades para que al momento del cruce no haya demoras ni accidentes, sólo un fluido natural de vehículos. El sistema funciona con sensores integrados a los autos sin conductores que al llegar a la esquina se activa para distribuir la coreografía del tráfico.
Según los investigadores, esta designación temporal específica del ingreso y egreso de los vehículos en los cruces es una evolución del orden actual. "Al eliminar las esperas causadas por los semáforos, se crea un sistema que es mucho más eficiente", consideró Carlo Ratti, director del "Senseable City Lab". La comunicación entre los autos inteligentes establecen prioridades de paso, garantizan una distancia segura en tráfico abierto, detectan el momento justo para acelerar o frenar y lo logran sin perder velocidad: la lectura de los sensores distribuye el dinamismo de autos para que el momento del encuentro sea limpio y seguro.
El modelo proporciona un impresionante rendimiento por multiplicidad de factores. Cumpliría con todos los requisitos de seguridad en igualdad de condiciones, la eficiencia del tráfico se duplicaría en relación al sistema tradicional de las tres luces y, con los embotellamientos por exceso de volúmenes de autos y el colapso de las infraestructuras de las grandes ciudades, las colas desaparecerían y las demoras en el viaje serían nulas.
Además, sus efectos beneficiosos también podrían tener impacto positivo en el medioambiente.
El moderno método de navegación vehicular reduciría notablemente las emisiones de gases a la atmósfera durante las esperas en el rojo del semáforo. Esta eficiencia también replicaría en una disminución en el uso de gasolina. "Esto haría una contribución a la reducción de las emisiones y al cambio climático", detalló el profesor Dirk Helbing del ETH suizo. "Los habitantes se favorecerían, el medio ambiente se beneficiaría y las ciudades serían más habitables", amplió el catedrático.
El moderno sistema encuadrado en intersecciones a base de ranuras contempla también versiones avanzadas que adquieran mayor flexibilidad. Los peatones y las bicicletas también son actores en el cruce de intersecciones y protagonistas del tráfico de vehículos. Actualizaciones, reformas y nuevos programas pretender incluir a estos factores externos a los autos en la dinámica del fin de los semáforos. Un proyecto aspiracional que configuraría un nuevo paradigma en lo que hasta hoy se entiende como movilidad. La ciencia ya se imagina cómo serán las calles del futuro: sin luces rojas, amarillas y verdes.
Fuente: infobae | http://bit.ly/1N7tang
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