Lo de “si bebes, no conduzcas” hay que dejarlo solo para las bebidas alcohólicas. Respecto a tomar agua, “toma, y mucha”.
Las carreteras de doble sentido o convencionales son las que cansan más a los conductores durante el verano. En ellas, casi un 60% del total se ven afectados por cansancio o deshidratación, y en un 84% de los casos supone un aumento del riesgo en la conducción. Además, a este factor de riesgo se le unen una serie de malas conductas al volante como no hacer relevos con otros acompañantes para conducir, o no cumplir con los tiempos de descanso (un 55% no lo cumple y un 6% hace el trayecto sin descansar).
Debido al aumento de viajeros por el verano, existen algunas medidas a tener en cuenta durante un trayecto, entre ellas destacan la importancia de una buena hidratación y paradas cada dos horas o 200 km para estirar piernas y turnarse en el puesto de conductor.
Cómo detectar el cansancio
El cansancio es la cuarta causa de siniestralidad en carretera y por eso es importante saber reconocer los síntomas de fatiga. Si notas que pierdes la concentración fácilmente, te encuentras en varias ocasiones perdido en tus pensamientos, te arden los ojos, ves algo borroso por lo que parpadeas constantemente, necesitas moverte del asiento, tienes sed o sueño, tu propio cuerpo te está alertando de que es hora de hacer un descanso y refrescarte un poco.
Cómo evitarlo
Bueno es saber cómo detectarlo, pero mejor aún es evitarlo a toda costa puesto que, no detectarlo a tiempo, supone un tiempo en el que estamos en mayor peligro de sufrir un accidente. A parte de seguir el sentido común, como no irse de fiesta el día antes del trayecto, te compartimos estos consejos:
• Estar descansado, haber dormido al menos 7 horas y no ponerse al volante tras una larga jornada laboral.
• Viajar cómodo colocando bien el asiento, el reposacabezas y la altura del volante.
• Relájate y que no te entre la prisa después de perder tres horas en un atasco para salir de la ciudad, lo importante es llegar, disfruta del trayecto tranquilo y sin presiones que te cansen física y mentalmente.
• Alerta hasta el final. Los últimos kilómetros son igual de importante que los primeros y en ellos se dan el mayor número de accidentes, así que si no te ves preparado, aunque sea por unos pocos kilómetros, para a descansar.
• Cada dos horas o 200 km, menos durante la noche, realiza una parada para hacer estiramientos, tus músculos te lo agradecerán.
• Beber agua, o en su defecto, cualquier bebida que hidrate. Esto evitará que te distraigas, te duela la cabeza o que se te cansen los músculos. Si la bebida está fría, mucho mejor.
Después de leer esto, queda algo más claro cuáles son las pautas de descanso e hidratación imprescindibles en cualquier trayecto largo por lo que solo queda brindar y beber para refrescarse.
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