Esta información seguro que será muy valiosa para muchos, porque ya existen bastantes propulsores en el mercado que incorporan esta pieza.
Lo que se consigue al introducir mayor aire a presión en los cilindros es más par motor y por tanto se aumenta la potencia y también el consumo. Dicha presión va desde los 0,25 bar hasta los 1,5 bar, aunque en la competición se pueden llegar a cifras de 3 y 8 bares dependiendo de si es gasolina o diésel.
Dado que el movimiento de la turbina se realiza con los gases del escape, que de otra manera serían desechados, no se resta potencia al conjunto cuando el turbo se activa. Y con la incorporación del turbo también se ha conseguido potencia en todo el régimen de uso del motor.
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